14.6.13
FONT: Contes d'arreu del món
6/14/2013 10:00:00 p. m.
....Què passa amb els infants tutelats quan assoleixen la majoria d'edat i han de deixar el centre?....
Author:
oculta
12.6.13
11.6.13
....hay dos maneras de motivarse: una a través de la emoción, la otra fórmula, mediante la razón....
07/10/2011
....Imagínese
que encuentra en la calle a una persona pidiendo, con un cartel que
dice: “Un poco de motivación, por favor”. ¿Qué pensaría? Posiblemente le
parecería absurdo y apresuraría el paso, sin saber qué hacer. Sin
embargo, no estoy seguro de que la petición sea disparatada. Tal vez
porque en las aulas los profesores nos encontramos continuamente con esa
petición: “Por favor, motíveme”. Es difícil saber lo que el mendigo y
mis alumnos están pidiendo. La palabra motivación forma parte de
nuestro léxico cotidiano, que manejamos con soltura e inconsciencia.
Hemos olvidado que es un término muy reciente, y que su significado es
tan confuso que en los años sesenta estuvo a punto de desaparecer de los
libros de psicología. Pero ha triunfado, lo que ya de por sí es muy
relevante, y todos queremos motivar o ser motivados. Se ha extendido la
idea de que no se puede hacer nada si no se posee esa energía mágica.
Cuando alguien nos dice que “no está motivado” sentimos hacia él una
gran compasión, que es la que nuestro peculiar mendigo intenta
aprovechar. En este punto, me asalta una duda. Imagine que un día llama a
un fontanero para que le arregle un grifo. El fontanero le hace una
chapuza mala y cara y usted va a protestar. El fontanero le responde:
“Mire usted, es que ayer no estaba motivado para arreglar grifos”. ¿Le
parece suficiente excusa para su desaguisado? Hace poco leí en un libro
dirigido por Albert Ellis, un prestigioso psicólogo estadounidense, la
siguiente afirmación: “ya es hora de que digamos a nuestros clientes (es
el nombre que se suele utilizar para designar a los que acuden a la
consulta de un psicólogo americano) que se puede realizar una acción
aunque no se tenga ganas de hacerla”. He leído la frase varias veces,
porque no creía lo que estaba viendo. Entonces, ¿qué les han estado
diciendo a los clientes hasta ese momento? Pues una cosa a la vez
evidente y tramposa: que no se puede realizar una acción si no se está
motivado para hacerla. Ahora me explico que se quisiera expulsar esta
noción de la psicología. El asunto me ha intrigado tanto que acabo de
escribir un libro sobre él, que es lo que hago cuando no sé nada sobre
un asunto que me apasiona. Así aprendo. Lo que he descubierto es que hay
dos tipos de motivaciones. Una, sentida emocionalmente. Otra, pensada a
palo seco. Aquella es una energía que lanza a la acción, que resulta
querida, amorosamente deseada. La pensada, en cambio, debería dirigir
la acción, pero no tiene fuerza. Ya saben la poca influencia que ejerce
sobre quien tiene miedo a volar, saber que según las estadísticas el
avión es el medio de transporte más seguro. Parece que nuestro cerebro
tuviera un error de diseño, como si el motor de un automóvil no tuviera
relación con el volante. Racionalmente sé que tengo que adelgazar,
hacer ejercicio, dejar de fumar, pero me molesta. En ese sentido,
todos somos neuróticos según el chiste. “La diferencia entre un
psicótico y un neurótico es que aquel está seguro de que dos y dos son
cinco. El neurótico sabe que dos y dos son cuatro, pero no le gusta”.
Que no nos guste lo que es racionalmente bueno nos ha obligado a hacer
miles de componendas mentales. Volvamos al mendigo del principio. Ha
cambiado su cartel. El nuevo pone: “Un poco de ánimo, por favor”. Quedo
perplejo. ¿Es el mismo cartel u otro diferente?....
Suscribirse a:
Entradas (Atom)