....SOFÍA Y LA PERSEVERANCIA....
vía Educador social en Alaska
Alaska, 16 de marzo de 2009.
Hace unos años, nuestro equipo tenía una supervisora, Sofía V., con la que aprendí mucho. Hace unos años, nuestro equipo era muy quejica. Para ser exactos, en aquellos tiempos, la mitad de la profesión estaba instalada cómodamente en la queja.
Un día Sofía nos hizo apuntar en un papel todas las cosas que no dejan avanzar a los equipos: batallitas, quejas quejosas, victimismos, rumores, medias verdades, suposiciones, miedos. Luego las quemó. Las quemamos. Todos en círculo. La carga simbólica de un fuego purificador se llevo por delante buena parte de nuestras manías. ¿Un aquelarre?, ¡quita!, sólo un misto y un cenicero.
La queja. La señora Sofía solía lanzar siempre un pregunta, que era como un meme: ¿Y usted que hizo ante eso?. Era una pregunta implacable, porque aunque tuvieras una respuesta preparada, ella seguía, dura como una roca: ¿Y usted que hizo ante eso?. Y así, hasta que comprobabas que la falta de respuesta a la mitad de las cosas de las que te quejabas, por ejemplo, la prepotencia de un político, un problema con un compañero, la falta de medios imprescindibles y muchas cosas más, tenían que ver con que tú no habías llegado hasta el final. Eramos excelentes formuladores de quejas, pero no las asumíamos hasta las últimas consecuencias.
Sofía, después de dejarnos vomitar, nos recordaba la responsabilidad que teníamos en aquello que nos pasaba. Os aseguro que a la gente no le gusta escuchar ese tipo de cosas. Vaya con Sofía, tocándonos los cojones. No dejaba de ser una contrariedad, porque en la queja se vive estupendamente, y buscar soluciones da mucho trabajo.
Me he acordado de ella porque Teresiña y yo hemos conseguido un nuevo recurso gracias a nuestra perseverancia. Bueno, gracias a Sofía. Hemos llegado al final. Llegar al final significa hacer informes por escrito y pedir las respuestas por escrito. Significa pedir cuentas. Significa no rendirse y pedir respuestas hasta que te las den. Si la respuesta es negativa, pero crees que te asiste la razón, significa no rendirse. Significa pedir reuniones formales, es decir, utilizar los canales apropiados. Significa que no aceptas respuestas por los pasillos. Significa ser respetuoso y exigir que lo sean contigo. Significa elevar las quejas a quien tenga que escucharlas. Significa que las escuchen y las lean y te den una respuesta. Significa que si no te la dan, la vuelves a pedir. Y si no te la dan, la vuelves a pedir. Significa explicar nuestro trabajo, con quesitos y columnas de colores, con diseños y textos atractivos, aunque sea para dárselo a un político merluzo (nuestra obligación es informarle, lo otro es su problema). Y si no te la dan, la vuelves a pedir. Significa que a ti nadie te alza la voz. Significa poner los problemas sobre la mesa. Y si no te la dan, la vuelves a pedir. Significa que no permites que insulten a tus usuarios. Y si no te la dan, la vuelves a pedir.
Significa muchas más cosas. Significa, sobre todo, respetarte a ti mismo y a tu trabajo.
Ser perseverante no quiere decir obtener siempre una respuesta afirmativa. Pero satisface saber que uno ha hecho todo lo que estaba en su mano para resolver una situación profesional. En todo caso, siempre te queda hacer la pregunta pertinente: ¿Y usted que hizo ante eso?.
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