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14.9.15

....esta mano viviente....


Desde la época que pasó en Amherst, David Foster Wallace tenía como «piedra de toque de la buena literatura» el poema «Esta mano viviente», de John Keats (1795, 1821):

«Esta mano viva, ahora tibia y capaz
De apretar con fuerza, si estuviera fría
Y en el glacial silencio de la tumba,
Te perseguiría cada día y de noche tus sueños helaría
Hasta que desearas dejar tu corazón sin sangre
Para que en mis venas la roja vida fluyera otra vez,
Y tu conciencia se calmara... mira, aquí está...
La tiendo hacia ti.»